Imperios.
En los años de la Antigüedad, las civilizaciones se construían según la expansión y evolución de los imperios. El imperio romano fue el más importante dotador de cultura, religión, civismo, guerra y voz, para todos aquellos pueblos sobre los que se sentó. Ellos, los romanos, adoraban a sus dioses. Unos dioses que formaban parte de un panteón previamente adorado por otro imperio. El griego.
Tal día como hoy, hace una semana, nuestros guerreros de a pie, pertrechados con sus mejores armas, sus manos desnudas y un balón, y hechidos de orgullo, honor y fe en su causa, se enfrentaron a las fuerzas romanas, o como se hacen llamar hoy, italianas.
Lo dimos todo, mas perdimos.
Pero una derrota así no puede ahogar nuestra ambición. Italianos, sabed que regresaremos. Lo sabemos nosotros, y vosotros deberíais temerlo. Conoced que volveremos a luchar, y el resultado, no lo dudeis, no será el mismo.
Pero en nuestro afán de superación, decidimos no dar marcha atrás. Quedan imperios que derrotar. Y empezaremos nuestro camino de redención midiéndonos a las raíz, al imperio original, al griego.
Justo en el momento en que se cumpla una semana exacta de nuestra última batalla, una nueva se iniciará. Igualmente brutal, igualmente honorable.
Esta tarde, a las 20:00, se disputará el España-Grecia.
Ha llegado la hora de demostrarles a los helenos que ellos pueden tener sus bodas, sus panteones y sus yogures, pero nosotros... nosotros las tenemos más gordas.
Así que hoy, de nuevo, todos a animar a nuestros chicos. Porque aunque los BBs digan que no, hoy, disputamos el partido por el tercer y cuarto puesto. Que quizá no sea oficial, pero sí oficioso.
¡Vamos p'arriba!
Y comienzo yo mismo con la porra:
España - Grecia
104 - 98 Nanahara