Crónica del Año 15 de la Era Buzzerbeatiana – 12ª semana
Doce guerreros en la arena satisfechos por una nueva victoria mientras todo el Coliseum en pie gritaba al unísono: “Hispanos, hispanos, hispanos”. Los gritos y los golpes del público asistente se oían prácticamente en toda la ciudad, Pero no todos eran caras de felicidad. En el palco, el emperador se mordía el labio ante una nueva afrenta a su poder, aunque por detrás algun senador disimulaba una sonrisa furtiva.
Los habitantes de los Paises Bajos habían sido los siguientes en caer derrotados frente a Lizaranzu y sus hombres. De nuevo una vez más las cosas no habían empezado bien para los héroes de la Península Ibérica. Y es que sus rivales en ese combate necesitados de una victoria empezaron imponiendo su poderío, pero poco a poco, con el paso de los minutos, fueron cogiendo el mando y al final a los holandeses no les quedó más remedio que hincar la rodilla ante la superioridad de los hispanos. Roma empezaba a estar rendida a este grupo de combatientes. De nuevo el halcón Zuya había sido clave en el desenlace del combate. Algunos ya lo empezaban a comparar con guerreros tan míticos como Aquiles o Hércules, algunos decían que su forma de pelear recordaba a la de otro gran ilustre íbero que había conquistado las arenas de los circos años antes: Nazario “el Jabato” Quijano (nota del traductor: nos consta por estudios posteriores que el cómic “El Jabato” que se popularizó en España a mediados del siglo XX está basado en ese personaje del que se ha recogido bastante información gracias a los cronistas de la época, así como los otros personajes del cómic Taurus y Fideo de Mileto, creemos que están basados en dos compañeros de fatigas de Quijano como Chuse García Carrión y Fernando Mir).
Sin embargo esta victoria significaba algo más. La segunda fase del Torneo estaba a punto de terminar y los cuatro mejores lucharían por el título de campeón absoluto. Ese privilegio estaba reservado a los más grandes. Ya era todo un honor llegar a ese punto, teniendo en cuenta todos los que se habían ido quedando atrás, pero estaba claro que una vez ahí, todos iban a dar el máximo para lograr el triunfo absoluto. Todavía quedaba un combate antes de los definitivos, pero un rumor empezó a recorrer las zonas de entrenamiento del Coliseum. Los jueces habían decidido clasificar antes de tiempo a uno de los equipos de gladiadores. Esta tarde se sabría el nombre del elegido.
A la hora indicada, los jueces se acercaron al patio de entrenamiento y allí hicieron saber a todos su decisión. Por su combatividad, su coraje, su destreza en la arena y valentía los primeros clasificados iban a ser los representantes de Hispania. Un silencio invadió la escena mientras todos giraban sus cabezas hacia donde estaban Liza y los suyos. De pronto desde una esquina empezó a oírse un aplauso, al que siguió otro, y otro y otro... Todos parecían de acuerdo con esa decisión, bueno todos no, los romanos marcharon en silencio mientras el resto de combatientes se acercaban a felicitar a los hispanos, no sin antes cruzar la mirada Fanesi con Liza, mirada que el vascón entendió perfectamente. Le venía a decir que si se volvían a enfrentar iban a acabar con ellos, tenían que pagar por la osadía de haberlos derrotados. “En la arena te esperaremos”, le vino a decir con su mirada Lizaranzu.
De todos modos quedaba un combate antes de los decisivos. En esta ocasión tocaban los lusitanos, el otro pueblo importante de la Península Ibérica y que al menos quería dejar el torneo derrotando a los temibles hispanos. Ya sólo, Lizaranzu, se dirigió a sus hombres: “Amigos, hemos venido a Roma para esto, hemos venido hasta Roma para que el nombre de nuestro pueblo se oiga en todos los confines del Imperio, hemos venido hasta Roma para que las próximas generaciones cada vez que oigan el nombre de Hispania sepan que tipo de hombres y mujeres tiene. Y ya estamos cerca. Ahora no podemos fallar. FUERZA Y HONOR”
Un sentimiento, unos colores, una pasión: CHORIMA BASKET