El día siguiente, y antes de iniciar su regreso, el mago Zuya estaba invitado a comer en casa de Nuno, donde también estaban su tío Mir y sus amigos, Courel, Magariños y Lizaranzu. Después de la comida y mientras Mir y Zuya contaban historias de luchas contra dragones, orcos y demás criaturas, el mago aprovechó para pedirle a Nuno si podía dejarle ver el anillo que su tío le había regalado. Cuando lo tuvo en sus manos, sus ojos casi se le salieron de las órbitas. No puede ser, pensó. Es el anillo. Tanto tiempo buscándolo tanta gente y estaba aquí perdido en la tierra de los hoBBits.
“Que pasa, viejo mago. Esa cara es augurio de grandes novedades”, comentó Mir.
“Oh, amigo mio. No se donde lo encontraste, ya me lo contarás en otro momento, pero es el anillo, del que os hablé, es el anillo que estoy buscando, es el anillo que gran parte de Tierra Media está buscando, y estaba aquí.”
Todos los presentes mostraron una cara de asombro. Ante si tenían el objeto más preciado por toda Tierra Media.
“Bueno Zuya, pues nada. Ya lo tienes. Creo que es de justicia que se lo devuelvas a su dueño para que devuelva la paz a esta tierra.”
“No es tan fácil. Yo no lo puedo llevar. Hay muchos espías siguiendo mis pasos y en el momento que se corra la noticia que lo he encontrado irán a por mi. Necesito que alguien que pueda pasar desapercibido lo pueda llevar una parte del camino. Al menos hasta la casa de Chuse García Carrión, el elfo.”
“Bueno, pues nada, nosotros lo custodiamos y manda a alguien que lo venga a buscar y se lo damos”, comentó Courel.
“No, Luciano, no es tan fácil. No hay tiempo que perder. Necesito que alguno de vosotros sea su portador”.
El silencio se adueño de la estancia. Todos se miraron unos a otros. Bueno todos no. En los ojos de Nuno nació una llama de ilusión. Era la oportunidad que estaba buscando. Vivir las mismas aventuras que su tio le contaba.
“Cuenta conmigo. Yo lo llevaré”, dijo Nuno sin pensarlo.
“¿Cómo? ¿Qué quieres ir tu sólo? No pienses que me voy a quedar aquí”, replicó Liza.
“¿Quien ha dicho que nos vamos de excursión?”, comentaron al unísono Magariños y Courel.
Zuya sonrió. “No os lo pediría si no fuese necesario. Es peligroso, pero está en juego el futuro de la Tierra Media”, y se quedó pensando esa frase, el futuro de Tierra Media en manos de unos hoBBits. Se estaba empezando a arrepentir, pero no había tiempo para buscar otra solución.
“Prepararos para partir cuanto antes”, les dijo. “Iré buscando compañeros de viaje que se unirán a vosotros a lo largo del camino. Pero es muy probable que el primer obstáculo tengáis que pasarlo con poca ayuda. A un par de semanas a pie de aquí, tendréis que atravesar el reino de los polacos. Tened en cuenta que a esas alturas es muy probable que se sepa que el anillo ya ha sido encontrado pero confío en que no se sepa quien es su portador. Su rey B.B. King también lo busca y seguro que no os permite pasar con facilidad por sus tierras sin querer saber que os lleva a atravesarlas. Intentad pasar desapercibidos. Pronto tendréis noticias mías. Y, en caso contrario, nos vemos en la casa de Chuse.
Esa misma noche, aprovechando la oscuridad de la penumbra, un grupo de cuatro sombras pequeñas y una grande salieron de forma furtiva hacía las fronteras de la Comarca. La sombra más grande, montada a caballo tomó una dirección, mientras que las cuatro sombras pequeñas empezaban una aventura, una gran aventura.