EL SEÑOR DE LOS BBANILLOS
Año 16 de la Segunda Edad en Tierra Media – 8º episodio
Tras varias horas de dura pelea, las cosas empezaban a pintar mal para los defensores de la fortaleza. Los italianos estaban demostrando el porque se le consideraba como el ejercito más poderoso del mundo y las defensas iban cayendo poco a poco en manos de los italianos. Todo parecía perdido. La última muralla estaba a punto de caer. Apenas quedaban un puñado de hombres de la guarnición que defendía el fuerte, luchando contra los miembros de la Comunidad que estaban demostrando sus grandes dotes de guerreros. Incluso los cuatro hoBBits, que aún se mantenían en pie, habían luchado como verdaderos jabatos. Si todavía no había caído la fortaleza había sido por la maestría con las armas de los miembros de la Comunidad. Sin embargo el fin estaba cerca. Apenas quedaba una muralla por resistir y el número de guerreros italianos superaba con creces a los defensores, por lo que todo parecía que en cuestión de minutos acabaría la batalla.
"Compañeros parece que está cerca nuestro fin. Ha sido un honor luchar a vuestro lado. Ahora llega el momento de morir por nuestra Tierra", comentó Cisquell mirando a sus compañeros de armas.
"Yo no me apresuraría a morir", le contradijo Ferrero, el capitán de la guarnición de la fortaleza. "Lo que nadie sabe, es que hay una vía de escape secreta a través de las montañas. Ha llegado el momento de usarlas. Seguidme, no tenemos tiempo que perder".
Con eso nadie contaba. La fortaleza iba a caer en manos de los italianos, pero el Anillo seguiría su camino, últimamente bastante accidentado y peligroso. Sin perder ni un segundo todos siguieron a Ferrero que se apresuró a bajar a una de las bodegas y accionar un mecanismo que abrió una puerta secreta por la pasaron todos. Cuando ya estaban todos dentro del túnel, otro mecanismo hizo que la puerta volviese a su posición inicial pasando inadvertida para quien no conociese su existencia.
De todos modos y aún estando ya dentro del túnel, no se podían considerar salvados, por lo que con rapidez todos siguieron a Ferrero por un entresijo de túneles que de no conocerlos bien, podría suponer el fin de más de un aventurero que osara pasear por ellos. Se había perdido esta batalla, pero el anillo seguía en poder de la comunidad y se acercaba el momento de la gran batalla. Tras un par de horas de caminata a la luz de las antorchas, por los angostos túneles excavados como vía de escape de la fortaleza, por fin llegaron a la superficie. Había que salir con cuidado porque era de suponer que el enemigo viendo que los defensores habían huido, mandasen patrullas de vigilancia para ver si descubrían su rastro. Pero al salir pudieron comprobar con cierto alivio que no se veía ni oía in un sólo alma a los alrededores. Parecía que, al menos por ahora, estaban salvados.
Tocaba decidir que hacer. El plan de esperar a los ejércitos en la fortaleza ya no se podría llevar a cabo. Había que establecer un nuevo lugar de reunión y avisar a los ejércitos que venían en su busca de la caída de la fortaleza, pero que el Anillo seguía estando en poder de la Comunidad. Para ello, Ferrero mandó a los pocos hombres que le quedaban en varias direcciones, como correos, en busca de refuerzos, caballos y de hacer llegar a los miembros de la alianza las últimas noticias.
El final estaba cada vez más cerca, pero ahora el Anillo estaba en un serio peligro. Cansados, sin apenas alimento tocaba iniciar un largo camino para liderar los ejércitos de hombres, elfos y enanos en la batalla definitiva por el futuro de Tierra Media. Sin embargo todos habían jurado morir defendiendo el Anillo y así lo seguirían haciendo. No había tiempo ni para descansar. Cuando las fuerzas se recuperaron un poco y se vendaron las heridas se inició la marcha. Lo importante es que el Anillo seguía su camino.
Last edited by litur at 7/2/2011 8:17:40 PM
Un sentimiento, unos colores, una pasión: CHORIMA BASKET