Temporada 23 de BB - Europeo de Portugal - 2º partido: Irlanda
El vino y la música inundaba la tienda donde el general Proiencus tenía montado su cuartel general. La satisfacción se podía ver en su rostro mientras observaba como sus hombre festajaban su primera victoria en el torneo. Esa tarde los "leones invencibles", como así habían sido recibidos los guerreros españoles a su llegada a tierras portuguesas, habían derrotado a los valientes macedonios, sin grandes problemas, dando muestras de su poderío físico, de su gran habilidad en el manejo de las armas y de su destreza sin igual en el cuerpo a cuerpo. Fue un combate claramente dominado por los españoles que poco a poco fueron haciendo hincar la rodilla a sus oponentes, unos macedonios que se vieron superados de principio a fin. El apretón de manos del general Xsago a Proiencus reconociendo la superioridad española fue el broche final de un primer combate que dejó un buen sabor de boca en las huestes hispanas. Un combate que sirvió para ir entrando en faena, a la espera de los más duros y decisivos que aún estaban por venir.
Su llegada una semana antes había sido todo un acontecmiento en la ciudad, una ciudad que había aumentado su población de forma considerable esos días por la llegada de toda la gente de distintas ciudades del continente que quería ver el gran torneo que el rey de Portugal había organizado. Los mejores guerreros de Europa estaban en la ciudad. Las historias que tantas y tantas veces habían oído contar a juglares y trovadores ahora podían vivirla y verla en primera persona. Pero la llegada de los españoles había sido distinta al resto de las expediciones. Desde kilómetros antes decenas y decenas de personas iban gritando y acompañando al general Proiencus y sus hombres y su entrada a la ciudad se pareció al recibimiento de un gran general que llega victorioso de una gran campaña. Un recibimiento tan sólo superado por los "dragones verdes", nombre con el que se conocía a los guerreros portugueses como, por otro lado, no dejaba de ser normal al ser el torneo en tierras lusitanas. Pero ese recibimiento no le gustó nada a Proiencus, hombre nada dado a grandes celebraciones. Sabía que ese recibimiento iba a poner a sus hombres en el punto de mira de muchos reinos. Derrotar a los amados y admirados por el pueblo "leones invencibles" supondría para el que lo consiguiese una hazaña histórica y eso convertía a todos los rivales en animales hérido muy dificiles de poder controlar en el combate.
La fiesta de la primera victoria en la tienda de los españoles seguía su curso. Proiencus y sus ayudantes, sentados en una mesa, charlaban sobre lo que había ocurrido a lo largo de esa semana. El general sonreía mientras Litur, el cronista de la expedición, leía lo que había escrito sobre el primer combate y que mandaría de forma inmediata al rey para que conociese de primera mano como se iban desarrollando los acontecimientos. Por su parte los soldados disfrutaban de forma más desenfada y festiva del vino y de la música. Al bueno de Cabra, una de las torres gemelas, se le dio por partir con la cabeza toda cuanta banqueta encontraba. "A este mañana el dolor de cabeza no se lo va a producir el vino", comentó Reinares, uno de los más simpáticos del grupo, produciendo la carcajada en sus compañeros.
"Atención compañeros", comentó drama7, uno de los hombres de confianza de Proiencus, "el general quiere decirnos unas palabras".
Proiencus se puso en pie y mirando a todos sus hombre empezó a hablar.
Last edited by litur at 3/20/2013 6:36:30 PM
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