A ver, puedo entender a los estudiosos del juego, a los que quieren sacarle punta a todo, ya sabes, optimizar resultados. Lo que quieren averiguar aquellos matices que decantan la balanza, e incluso los que quisieran hacer simulaciones previas (eso ya de por sí es un juego también). Menos interrogantes no quiere decir necesariamente menos encanto.