Carta abierta del Kolectivo Ignorancia Crítica.Ante los acontecimientos de violencia institucionalizada y naturalizada de las últimas semanas en el país, los integrantes del Kolectivo Epistémico-surrealista de Ignorancia Crítica manifesta públicamente las razones de su profundo malestar.
1.-
La exclusión económica es violenta: Que los resultados de aprendizaje de nuestrxs niñxs dependan de cuánto pueden pagar – tal como lo muestran los resultados en pruebas estandarizadas, ingreso a educación superior o inserción a mercado laboral- es violento, muchas veces disfrazada de lógica modernizadora al intentarnos hacernos creer que descentralización = eficiencia. (y eso, no lo creemos)
2.-
Reducir el aprendizaje a puntajes de pruebas estandarizadas es ciego: Las pruebas estandarizadas (SIMCE, PSU y otras) recogen información diversa acerca de los estudiantes, pero sólo son relevadas en la medida que entregan datos acerca de un curriculum netamente instrumental. Lamentablemente, el discurso que se instala es que sólo ciertos saberes son útiles, dejando de lado el principio básico de que la educación es herramienta de desarrollo en cuanto ésta es integral.
3.-
El uso de resultados de pruebas de aprendizaje fomenta exclusión: Los semáforos de Lavín vienen a ser la burla humillante de los establecimientos marcados en amarillo y rojo que luchan por llegar al lugar desde el que otros partieron hace mucho rato. Asimismo, fundamentan prácticas de selección y discriminación de lxs niñxs, separándolos en educables e ineducables. No hay fomento desde la política pública para la inclusión, a pesar de todas las señales que indican su importancia para nuestra sociedad.
4-
La desregulación de la educación superior vende el futuro de nuestro país: En 1973 existían ocho universidades en todo el país que recibían un total de 140.000 estudiantes. El estado financiaba el 80% de dicho proceso. Las familias, a través del pago de un arancel diferenciado costeaban el 20% restante. En el año 2005 la situación era: una matrícula de 663.679 alumnos, distribuidos en 25 universidades pertenecientes al Consejo de Rectores (16 estatales), 36 universidades privadas, 111 centros de formación técnica y 47 institutos profesionales. El gobierno sólo financiaba el 17,4% del sistema)
La pregunta que plantea Kremerman es: “¿Puede una nación como la chilena, que presenta una de las peores distribuciones del ingreso en el mundo, tener un sistema de educación superior tan privatizado?”. ( s/f. Extraído el 14 de junio de 2011 desde:
http://www.opech.clLa respuesta es simple, sí, a través del endeudamiento hasta el límite de la indignidad, que es impulsado por los dueños de los fondos bancarios que son, a saber, los grupos hegemónicos por todos conocidos, al que pertenece Piñera y obviamente Lavín, accionista principal de la Universidad del Desarrollo.Last edited by mandokin at 6/24/2011 5:13:31 PM