La lluvia hizo acto de presencia por fin, pero eso no impidió que el grupo de portadores del anillo, prosiguiera su marcha, ajenos a todo el revuelo que poco a poco se estaba produciendo en toda la Tierra Media. Las noticias del hallazgo también habían llegado a la corte del rey Frank, rey del pueblo chino, justo por donde estaban pasando ahora mismo nuestro grupo de aventureros. Evidentemente la oportunidad de conseguir el anillo y alcanzar el poder supremo dentro del Consejo de los Hombres, era algo demasiado atractivo como para dejarlo pasar, por lo que movilizó a buena parte de su ejercito con el fin de buscar si, por su reino, había rastro alguno de los portadores. Los quiero vivos, sobre todo a los medianos, esa era la consigna.
Cayó la noche, y la lluvia todavía no había cesado. Afortunadamente, los enanos, como buenos exploradores, sobre todo en lo que tiene que ver con las rocas, habían encontrado una pequeña cueva desierta, pero que les serviría de refugio para esa noche. Ahora la cuestión era decidir que ruta seguir. Los enanos querían ir a través de las montañas, los elfos a través del bosque y los hoBBits ..., bueno los hoBBits querían comer y dormir. De todos modos Nuno, viendo un pequeño mapa que portaba Monty, comentó que porque no ir por el rio. Porque no. El rio, pensaron elfos y enanos. El problema estaba en hacerse con unas barcas, pero había un poblado cercano y los enanos se presentaron voluntarios para conseguirlas, por las buenas o por las malas, según las palabras de Campas, y de llevarlas rio arriba hasta el punto de encuentro que habían fijado. Yendo a través del río llegarían en apenas un par de días a la frontera del reino y estarían a apenas cuatro días a pie de la casa de Chuse el elfo.
Estaban a punto de llegar al punto de encuentro los cuatro hoBBits y los dos elfos (los dos enanos habían salido a primera hora de la mañana para conseguir las barcas), cuando Orozco se paró en seco.
"Es extraño. Demasiado silencio. No me gusta nada", dijo mientras preparaba una flecha en su arco.
Y antes de que nadie más pudiera añadir alguna cosa, el silencio fue roto por el griterío de una treintena de soldados chinos. La rapidez de Monty y Orozco con las flechas tumbaron ya a una docena de golpe, mientras se acercaban, pero tuvieron que echar mano de sus espadas para enfilar el cuerpo a cuerpo. La cosa pintaba mal, ya que los hoBBits muy diestros con las armas no eran, así que Monty les gritó que fueran hacia la orilla, mientras los dos elfos intentarían parar, dentro de sus posibilidades, a los chinos. Así, consiguieron derribar con la espada a otros 4 o 5, pero la superioridad seguía siendo manifiesta y en cualquier momento se podrían ver superados. Pero en ese momento una maza derribó a un chino más y empuñando la maza Campas decía, "estos elfos nunca tienen la decencia de esperarnos para empezar la fiesta" y tras él, repartiendo manporrazos a diestro y siniestro, apareció su hermano Pardo. Entre los cuatro la "fiesta" terminó rápido, pero un par de chinos habían conseguido escapar. "Es mejor que embarquemos rápido antes que estos dos traigan más amigos a la fiesta", comentó Orozco. Y así, los ocho, embarcaron rio abajo, un busca de un lugar más seguro.
Un sentimiento, unos colores, una pasión: CHORIMA BASKET