Realmente le funcionó. Lo que no contó, pero que discutimos en la mesa de negociación de los premios a los jugadores, y que se terminó blanqueando, es que hubo también un grupo de morochas que visitó el vestuario justo antes del partido. Y que una le prometió "cosas" al nuevo del equipo. Es por eso, que Etiberto Castro jugó un 30% de su rendimiento habitual.
Si no, no se encuentra otro justificativo para que alguien que cobra 10 veces más que su par rival, rinda con casi los mismos números en la cancha...
Esto, sumado a que el club hizo una fuerte apuesta al contratarlo esta temporada, pone en duda su continuación en LKD.