La otra óptica es que sin predicciones era un 50 y 50. Embocar una prediccion era clave para ganar, errarle era clave para perder.
El goleador en los partidos anteriores era su perimetral, y sumado a que mis mejores formas estaban adentro, me podia salir movimiento. Era una loteria tirar predicciones en este partido. Estuve hasta ultimo momento en tirarle la prediccion de poste bajo, le hubiese acertado al enfoque y errado al ritmo.