jops, por lo menos pasas. felicidades por eso.
...
-bueno, yo me pongo a hablar con él escondiendo el porro que se estaba acabando.
-como el iraquí ve que es amigo, se lía otro porro en su casa. y lo enciende!
-entonces el iraquí me pide que haga de traductor y que le pregunte al otro sobre Trump!!!
-cuando se va por fin a pasear el perro, le cuento al iraquí quién era
Esta anécdota de porros y americanos me ha hecho acordarme de otra que me pasó.
La primera vez que estuve en USA, al principio compartía piso con dos americanas, estudiantes de universidad.
Una tarde noche, llego a la cocina para hacerme la cena, y estaba una de ellas (que estaba loca) con una amiga. Las veo raras, casi no me dicen nada y se van a los pocos segundos. Yo cené, y las oía que habían salido a hablar al porche, así que salí fuera a hablar un rato.
Llego y se callan un poco, así que me iba a ir cuando me preguntan por mi opinión sobre los porros, después de hablar unos segundos me confiesan que estaban fumando uno, lo sacan, aunque no lo comparten conmigo.
Luego la conversación empieza a desvariar, y la verdad no entendía bien todo lo que decían. En esto, que mi compañera de piso (que no me atraía, la verdad) se pone a hablar de anal. Yo miraba a la otra como diciendo: no sé si la entiendo bien (esta estaba mejor, pero aquí no hablaba, solo miraba y fumaba).
Y la primera seguía: porque me han dicho que los mexicanos se dicen que son vírgenes si no lo han practicado analmente, ¿en España es igual? Y yo pensando, cómo se nota que no has tenido una conversación de este tipo con una española.
El caso es que han pasado algunos años, pero todavía me pregunto porqué no saqué la palabra trío en la conversación, así de coña, a ver qué hubiera sucedido