Creo que la principal lección es que cuando se quieren hacer bien las cosas, se puede.
El estado reaccionó a tiempo y usó todo su poder e infraestructura en realizar el rescate.
Los profesionales a cargo de la operación demostraron que inteligencia existe y de sobra.
Los trabajadores que participaron el rescate han demostrado responsabilidad y expertise.
Putas, los mineros que se puede decir decir, ordenados, solidarios empeñosos.
Los puntos negros, el show televisivo, el espéctaculo brindado agarrando a martillazos de último minuto la puerta de la cápsula (se acordaron que era un trabajo realizado por chilenos parece) y los grandes culpables de lo sucedido un grupo de empresarios a los que sus trabajadores le importan un reverendo pepino.
Pero igual contento.
Así que el dedo medio va para los dueños de la mina.